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Sin cuota al día no hay condolencias: el caso de la profesora ovallina María Galleguillos (Q.E.P.D)

Por cerca de 40 años perteneció al Colegio de Profesores de Ovalle, gremio que la abandonó e ignoró durante su enfermedad que la postró por cinco años, hasta su reciente muerte

Ovalle, 8 diciembre 2021.-

POR: YURI ROJO.-

Ya han pasado más de 45 días de la muerte de la maestra normalista jubilada María Galleguillos Segovia, ocurrida en Ovalle producto de una larga enfermedad, y sus familiares aún esperan el pésame o condolencias del Colegio de Profesores, gremio al cual aportó con sus cuotas por cerca de 40 años. La razón del ente colegiado es fría y mercantil: “como no estaba con sus cuotas al día, perdió todos sus beneficios”, y por ende, no corresponden condolencias.

El periodista e hijo de la maestra olvidad por el Colegio de Profesores de Ovalle Yuri Rojo

El hijo mayor de la profesora normalista, el periodista Yuri Rojo Galleguillos, denuncia esta situación, la que se estaría repitiendo en otras partes del país, donde los profesores jubilados del Colegio de Profesores están quedando en la indefección, producto de la lógica “mercantilista” con la que estaría actuando el gremio docente, el que supuestamente “lucha por mayor dignidad y respeto para el profesorado”.

El periodista, actualmente asentado en Antofagasta, en primer lugar, aclara los motivos de su denuncia:” nosotros no queremos plata del Colegio de Profesores, a pesar que mi madre con sus aportes por cerca de cuatro décadas juntó más de 3 millones de pesos lo que le daría derecho a una cuota mortuoria o a un nicho. Lo que denunciamos es la poca preocupación que existe por los profesores jubilados, particularmente lo que sufren de enfermedades que los invalidan, como ocurrió con mi madre. Ni cuando mi madre estaba al día con las cuotas del Colegio de Profesores ni cuando no pudo pagar directamente en la sede debido a su invalidez, el gremio se preocupó por ella o su estado de salud, pese a que fue socia por cerca de 40 años. Y lo peor vino cuando murió el 21 de octubre de 2021, ninguna condolencia o pésame llegó a la casa por no estar con sus cuotas al día, eso es inhumano”.

Yuri Rojo relata que su mamá ejerció durante más de 40 años en la Provincia del Limarí, los mismos que perteneció al Colegio de Profesores de Ovalle, al cual adhirió en 1977 para sumarse al desafío de dignificar la profesión. Sin embargo, cuando más necesitó del apoyo y acompañamiento del gremio que siempre defendió con pasión y vehemencia, fue literalmente abandonada.

Explicó que “es doloroso ver como el gremio que mi madre tanto quiso y defendió en vida, finalmente olvida a los profesores jubilados, especialmente en Ovalle. El Colegio de Profesores dice estar en contra de la lógica mercantilista y por la reivindicación docente, pero la verdad es que dejan mucho que desear en la parte humanitaria”.

Destacó que “en el caso de mi madre, como nadie del Colegio de Profesores llegó a su funeral ni tampoco recibimos una condolencia, nos acercamos al gremio, y recibimos un balde de agua fría.  Nosotros no sabíamos que mi mamá estaba con las cuotas impagas, las que cayeron en mora a finales del 2016, cuando cayó postrada, acrecentado a posterior por el Estallido Social y la crisis del Covid 19. Y así fue que perdió todos sus derechos y beneficios, como, por ejemplo, su cuota mortuaria y quedar en el Mausoleo que tienen en el cementerio de Ovalle. Por más de 35 años aporto a las arcas del colegio, pero lo que más nos duele como familia es que sin cuota al día no hay condolencia, no hay un ramo de flores, así de frío y transaccional. Es realmente vergonzoso e inhumano lo que hacen ya que nosotros no reclamamos sus beneficios económicos, sino lo más básico, lo que nos hace más humano, que es el preocuparse por el otro y lo mínimo, entregar una condolencia”.

Tras esta situación, el profesional se contactó con la presidente del Colegio de Profesores de Ovalle, la docente Natalia Reyes, y la Secretaria Nacional del gremio en Santiago, la dirigente Patricia Muñoz. “Les reclamé el trato indigno y su lógica mercantilista. Salvo las evasivas ante la pregunta a dónde van los dineros de los profesores jubilados que pierden sus beneficios, no logré lo básico de nuestro reclamo, que al menos nos enviaran las condolencias a nuestra familia al cumplirse un mes y días de la partida mi madre. De la señora Patricia, ante mis reclamos, recibí un sucinto wasap: “la verdad estimado entiendo su dolor, pero no puedo responder por todos los dirigentes”. ¿Estos son la clase de dirigentes que supuestamente luchan por los derechos de los profesores?”.

Precisó que “lo más dramático y vergonzoso es que durante su enfermedad nunca nadie del Colegio de Profesores llegó a la casa ni hubo un llamado telefónico para preguntar por su salud. Tampoco una notificación de cobranza de las cuotas, porque parece que es muy buen negocio para el gremio que los profesores jubilados y de avanzada edad dejen de pagar, porque así luego que mueren hacen caja, así de simple. Muchos dirigentes del colegio veían a mi madre en la calle, en la silla de ruedas, pero nunca nadie se acercó a hablar con ella para saber cómo estaba o a decirnos que mi mamá iba a perder sus derechos adquiridos por el pago de sus cuotas durante 35 años. Por eso nuestro llamado es a los hijos de profesores jubilados, para que ellos vean la situación de sus padres con el Colegio de Profesores, y no les ocurra lo de mi mamá”.  

Puntualizó que “en Ovalle sabemos de varios casos de profesores que han ido perdiendo sus derechos, tanto en vida como al día de su fallecimiento, producto de esta situación de las cuotas impagas. Además, los convenios no operan como corresponde, como en el caso del Hospital del Profesor de Santiago. Si queremos dignidad para los profesores, partamos por casa, demos el ejemplo, especialmente con los profesores jubilados o enfermos. Entregar una condolencia como gremio no cuesta nada, seamos más personas, seamos más humanos y hagamos menos politiquería”.

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